Cada vez que recuerdo esta historia me rio de lo aterrado que estaba.
Estaba en mis años de universidad y me encontraba saliendo con una chica, un par de años menor que yo, ella acostumbraba a invitarme a salir con sus padres cada vez que tenían planeada alguna reunión o salida familiar.
Una tarde fui a visitarla a casa de su abuela que era donde vivía, sus padres llegaban durante el día y en la noche volvían a su casa; normalmente allí sólo quedaban su abuela, un primo de ella y ella; y ese día no fue la excepción, con la diferencia que sus padres se habían ido temprano, conversé con ella un largo rato, y ya entrada la noche su primo salió, yo comencé a insinuarle para entrar a su habitación (ya lo habíamos hecho un par de veces a escondidas), ella me decía que no repetidas veces, hasta que yo logré convencerla y nos aventuramos a su habitación, entramos y ella aseguró la puerta.
Comenzamos a ver TV, y continuamos hablando, poco a poco, entre besos y caricias nos fuimos calentando, hasta el punto que comenzamos a desnudarnos, ella quitaba mi ropa, yo le quitaba la suya, y pasaba mis manos por su cuerpo de curvas pronunciadas, tenía una contextura ancha, culo grande, tetas hermosas, deslizaba mis manos entre sus muslos hasta notar que estaba muy húmeda, ambos estábamos realmente excitados, que ni cuenta nos dimos cuando quedamos sin ropa, ella se recostó en la litera y suavemente se abrió para mí y justo cuando estaba ya dispuesto a entrar en ella golpearon la puerta muy fuerte, eran sus padres que habían regresado (no tengo idea del por qué), ambos saltamos de la litera sin saber qué hacer, dentro de la confusión tome mi ropa lo más rápido que pude y me metí debajo de la litera (que afortunadamente tenia espacio), ella se vistió velozmente, y tratando de controlar su respiración exaltada abrió la puerta sin mucho que decir.
Sus padres entraron junto con sus dos hermanos, decididos a quedarse a dormir ahí por esa noche (ella se iría a la habitación de su abuela), y yo no me podía imaginar tener que quedarme toda la noche ahí debajo con sus padres y hermanos. Ella disimuladamente me escribió en su móvil que esperara a que todos se durmieran para lograr salir, y afortunadamente, así fue; debí esperar cerca de 1 hora hasta que se durmieron y logre salir de allí con la ropa entre mis manos, y el corazón queriendo salir por mi boca.
Lo cierto es que esta travesura pudo haber acabado con mi vida (o me mataban sus padres, o me daba un ataque al corazón), sin embargo, creo que corrí con bastante suerte ese día.
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