No me gusta el 69. Lo digo alto y claro. A pesar de ser la postura más explotada después del misionero (que no más usada). Ya sabéis que, para mí, el misionero está, por el contrario, infravalorado. Qué fantástico es tener a alguien encima de ti, empujándote con pasión, besándote, tocándote y apretándote contra su cuerpo, mientras tú puedes agarrarle bien el culo, arañarle la espalda, acariciarle los brazos o susurrarle al oído. Paro, que me desvío del tema.
Y yo he venido aquí a hablar del 69. Del 69 o, como yo le llamo, del perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Qué irónico ¿no? Ni come ni deja comer. Adoro el sexo oral, es uno de los mayores placeres a los que estamos condenados los seres humanos. Y por eso, quiero disfrutarlo. Pero si tengo un pene (o coño)* en la boca no me corro igual de bien oiga (ni siento el mismo placer). Porque un 69 no es como follar, que genera, en el mejor de los casos, una especie de mimetismo por el que a la vez que sientes placer, lo das. El eslogan del sexo oral debería ser: «o comes o dejas comer». Me gusta más. Puedes disfrutar tanto dando como recibiendo, pero cada cosa a su tiempo. Es como comer lomo de buey y salmón a la plancha. Me vuelven loca, pero juntos no funcionan.
¿De verdad lo que más, más te gusta hacer es un 69? En esa postura soy incapaz de concentrarme. La atención dividida, capacidad de ejecutar con éxito más de una acción a la vez, no se aplica cuando adopto esta postura. Ese es el problema. Si me centro en chupar, pierdo capacidad de recibir placer. Y si, en el caso opuesto, pienso en mi placer, me olvido de lo que estaba haciendo. Así que, apuesto por llevar un orden. Primero tú y luego yo, o al revés. El orden de los factores no altera el producto. Eso sí, desde la perspectiva visual puede ser una postura muy excitante.
Y luego están las bromas. Un poco desgastadas ya. El 69 es blanco de todos los chistes verdes y de los intentos por parecer más salvaje sexualmente. Las revistas de adolescentes y el correo electrónico han hecho mucho daño en este caso. Pero a mí me da la risa. Aún tengo alguna amiga que sigue con su e-mail loquesea_power69@… Y dices, ¡jo-der! ¿Ese es el correo que eliges con 13 años? ¿Por qué? ¡Qué miedo! Lo mejor es cuando llega el momento de empezar a mandar tus primeros currículos con tu e-mail de adolescente en celo. Si es que lo tengo dicho, en este país falta educación sexual ¡maldita sea!
He creado una encuesta por si quieres participar, a ver que opiniones hay al respecto.
Estoy de acuerdo contigo, «el misionero está, por el contrario, infravalorado», y aunque sigan pidiendo el 69, no hay nada como tener a la otra persona tan cerca disfrutando de cada detalle, escuchando su respiración y las expresiones que logran salir de su boca. Y es que es una posición tan versátil, que te sirve para una rapidín, o simplemente para un lento y disfrutable!
El 69 está sobrevalorado pero aún así me sigue gustando hacerlo de vez en cuando. Para nada es de mis favoritas